LA BORRACHERA
El exceso de consumo de alcohol, produce entre otros efectos la ebriedad o borrachera, estado en el cual no todo el mundo tiene el mismo comportamiento. Existen cuatro tipos generales de borrachera que pueden definirse como la de Ernest Hemingway, la del Profesor chiflado, la de Mary Poppins y , la de Mister Hyde .
La borrachera de Ernest Hemingway
El periodista, galardonado con el premio Pullitzer y Nóbel de Literatura en la década de los 50, tiene el «honor» de darle nombre a uno de los modelos de borrachera En este conjunto se encuentran aquellos afortunados que no presentan grandes cambios en su manera de actuar después de ingerir una buena cantidad de alcohol. Además, en la mayoría de los casos experimentan una sensación de tranquilidad aun mayor que estando serenos.
La borrachera del Profesor Chiflado
Este grupo engloba a aquellos que siendo tímidos, sacan lo mejor de sí cuando beben más; mostrando una segunda personalidad simpática y llena de sonrisas cuando beben un poco más de lo debido. Estos sujetos sacan a relucir un carácter mucho más social, extrovertido y llamativo que de costumbre. En en esta categoría no solo se incluiría aquellos más introvertidos cuando se encuentran sobrios, sino también a los que ya de por sí les gusta ser el centro de atención sin haber probado gota de alcohol. Claro está que, en cuanto comienzan a beber, su ansia por ser el foco de todas las miradas se dispara.
La borrachera de Mary Poppins
Los ebrios que encarnan a la niñera de la factoría Disney de dibujos animados se caracterizan por su naturaleza amistosa, caritativa y excesivamente mimosa, que va en aumento a medida que avanza la noche. Estas personas no ven casi afectadas sus capacidades intelectuales cuando se emborrachan y se adentran en un nirvana de felicidad más que evidente en cuanto se beben un par de copas.
La borrachera de Mister Hyde
En este grupo encontramos a aquellas personas que sacan el genio cuando los efectos del alcohol hacen mella sobre ellos. Estos borrachos se vuelven agresivos y, en ocasiones, ven problemas donde no los hay. Sacan a relucir su cara más oculta y violenta en las noches de fiesta. Las disculpas con su grupo de amigos o compañeros de juerga suelen ser la tónica habitual de cualquier mañana de resaca.
LA RESACA
La veisalgia ( etimológicamente proviene de kveis, término noruego que significa intranquilidad después de una bacanal, y algia, del griego, que significa dolor), comúnmente llamad resaca, aparece al día siguiente de la borrachera, y puede definirse como el malestar malestar que se siente al día siguiente de haber bebido en exceso”, y que se caracteriza por dolor de cabeza,fatiga, sed, ardor de estómago,malestar general, visión borrosa,acidez estomacal, temblores,diarrea, mareos, náuseas y que puede llegar hasta el vómito.
Según sea el color de la bebida alcohólica causante de la borrachera, peor podría ser la resaca al día siguiente. A más oscura, peor, y la culpa de ello la tienen los llamados congéneres. Así si ordenamos el alcohol en base a sus síntomas de resaca y por orden descendente, quedaría de tal manera: coñac, vino tinto, ron, whisky, vino blanco, ginebra, vodka y etanol ruso.
Pero ¿qué son los congéneres? Los congéneres son componentes biológicamente activos que contienen muchas bebidas. Y son importantes, aunque sólo nos fijemos en la cantidad de etanol. Por ejemplo, los polifenoles, y otros alcoholes, como el metanol, e histamina. Se producen junto con el etanol durante la fermentación o en el proceso de envejecimiento de la bebida.
Estos congéneres varían según el origen de los azúcares fermentados (mosto, remolacha azucarera, restos agrícolas, caña de azúcar, cereales…) y la actividad biológica de las levaduras. Su presencia es la que confiere a la bebida sus características organolépticas.
Se cree que los congéneres contribuyen a los efectos embriagantes de una bebida, y a la resaca subsiguiente. Se ha demostrado que la gente que bebe alcoholes basados en etanol puro, como el vodka, padecen menos síntomas de resaca que los que beben bebidas más oscuras, como whisky, coñac o vino tinto, todas las cuales tienen un contenido de congéneres mucho más elevado.
El metanol es el principal responsable de nuestras resacas. Si bien metabolizamos el metanol de una forma similar al etanol, el producto final es diferente.
El proceso de destilación disminuye la concentración de estas sustancias (como en el caso del vodka); pero existen bebidas en las que interesa potenciar sus carácteres organolépticos, como el brandy o el whisky, por lo que la concentración de metanol, acetaldehído, etc. se encuentra en concentraciones superiores.
El etanol genera acetaldehído, pero cuando el metanol se descompone, uno de los productos principales que se forman es el formaldehído, que es más tóxico que el acetaldehído y que puede provocar en concentraciones elevadas la ceguera y la muerte. El etanol inhibe el metabolismo del metanol, lo que puede ser motivo de que “un clavo quite otro clavo”, y beber alcohol alivie los síntomas de la resaca.
También un hielo de mala calidad en la bebida produce resaca, Si utilizamos hielos de color blanquecino, que no son compactos, se deshacen más rápidamente, ayudados por la fuerza del gas del refresco. Eso hace que las sales –que le dan esa opacidad- se conviertan en pequeños alfileritos que se deslizan a gran velocidad por el torrente circulatorio y se clavan en nuestras neuronas dejándolas laceradas, provocándonos ese dolor de cabeza tan nefasto.
Otra causa de la resaca es el mal lavado de los vasos/copas que mal aclarados contienen restos de detergente, especialmente los fines de semana en la que se descuida el proceso de lavado porque hay más gente. Los lavavajillas funcionan constantemente, se acorta el programa de limpieza y no se dosifica el abrillantador porque no hay tiempo. Como a veces las copas se sirven calientes, el alcohol fija el detergente.
Las formas de evitar la resaca , que no tienen efecto real alguno, varía según la cultura. Por ejemplo, la sopa hervida con callos parece ser el remedio más común en Rumanía, el arenque en escabeche en Alemania o el jugo de los encurtidos para los ingleses. En España, el típico “tómate una cañita” se dibuja como la cura más extendida. Y quien dice cerveza, también dice Bloody Mary, pero bebiendo más alcohol lo único que se consigue es retrasar los síntomas unas horas, pero terminará llegando la deshidratación, el dolor de cabeza, la irritabilidad, la fatiga, los mareos e incluso, en los casos más graves, las náuseas y los vómitos.Más prácticas para reducir los síntomas de la resaca son:
1. Tomar mucha agua. El alcohol nos deshidrata, pues inhibe una hormona encargada de la reserva de líquidos en nuestro cuerpo. Así, el síntoma de la deshidratación (solo uno de los muchos que tiene la resaca), cuenta con una fácil solución: rellenar la botella de agua cada vez que su cuerpo se lo pida. También ayuda, previamente, beber un vaso de agua entre copa y copa; así como otro antes de irse a dormir.
2. Tomar Ibuprofeno, no paracetamol. Para las cefaleas, es recomendable cualquier antiinflamatorio, como ibuprofeno o aspirina. Hay que evitar por ejemplo el paracetamol, porque este fármaco hace trabajar al hígado y, en episodios de resaca, este órgano ya está haciendo un esfuerzo extra con la eliminación de los tóxicos de nuestro cuerpo. Lo de tomarse la pastilla antes de meterse en la cama, puede funcionar; aunque lo ideal es hacerlo cuando comienzan los episodios de dolor.
3. Tomar vitaminas. Los zumos y la fruta atenúan los dolores que provoca una resaca, porque la vitamina C y la fructosa ayudan al hígado a metabolizar el alcohol y a eliminarlo el doble de rápido. El zumo de naranja es una buena opción y mejor aún el gazpacho de pepino.
4. Evitar las bebidas con gas. Aunque la mayoría de los expertos desaconsejan las bebidas gaseosas como remedio para la resaca, parece ser que el Sprite (bebida gaseosa con sabor a limón y sin cafeína) puede ser la solución a los excesos pues es la sustancia que mejor acelera la eliminación del alcohol en el organismo. En cualquier caso, beber el alcohol con bebidas gaseosas produce el efecto contrario, ya que se adelantan los síntomas de la ingesta de alcohol, porque su absorción se produce más rápido.
5. Vigilar la comida. Otro de los síntomas de la resaca se refleja en problemas en el aparato digestivo, mediante acidez, vómitos, náuseas o incluso la inflamación de la mucosa gástrica. Necesitamos azúcares, porque la resaca conlleva hipoglucemia [bajada de azúcar], pero no con alimentos pesados que hagan más daño al estómago. Yogures, pasta o verduras son una buena opción”. Previamente al consumo de alcohol, sí conviene ingerir un extra de grasas, pues contribuyen a retrasar su absorción. Comer un filete antes de beber puede ser una buena acción.
Fuentes: El País -Suplemento Buena Vida 11/07/2014 -- La Voz de Galicia 20/07/2015 / http://www.xatakaciencia.com -El País-Suplemento Buena Vida nº 18.
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